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capitulo 8

Antes de seguir escribiendo me preguntaba ¿qué os está pareciendo esta historia? ¡espero que bien! me estoy esforzando bastante para que os guste, sigamos con la lectura:

-¿¡QUÉ!?- preguntó sorprendido Marcus- ¿estas diciendo que han estado tumbados en mi cama un vampiro y un brujo?- seguia preguntando aunque ya se sabía la respuesta.
-¡Sí...! ¡que mono eres!- respondió Sally. Lo de "que mono eres" le molestó a Ehster.
-Sí, y ahora explicanos que es eso de que soys vampiros, brujos y ángeles.- dijo Ehster.
-Yo os lo cuento.- dijo Alem.- Aparte de "La vida real" llamado para nosotros "El mundo de los humanos", existen otros mundos, otras ciudades, como el de los vampiros, hay muchas más como el de los ángeles y el de brujos y brujas, también hay de las hadas.- explicó Alem.
-¡Estoy soñando!- dijo Marcus con la boca abierta.
-¡Ojalá!- dijo también Merdi.
-¿Me vais ha dejar terminar?- gruñó Alem. Todos los demás se callaron y siguieron escunchandole.- Los habitantes de estos otros mundos se les dominan "Mágicos". Todos los mágicos tienen un Clarium, que son las canicas y, en los Clarium hay dentro un guardián que sale si lo mojas o si lo toca un mágico.-
Marcus y Ehster tenian la cara de "¿qué nos está contando?".
-Bueno y ¿por qué estais aquí?- se atrebió preguntar Ehster.
-Porque no todos los mágicos viven bien.- contestó Merdi.- ¡Los vampiros vivimos fatal!
-¡Qué raro es esto! ¿no será una broma? ¡que es loo típico de Alem!- añadió Marcus.
-¡Oye! no te lo pude contar porque esto es un secreto, pero ya lo sabeis...¡Los reyes mágicos no se deben de enterar de que lo sabeis! ¡esperar! alomejor el guardián de Merdi lo ha contado todo y vienen para asegurse... ¡sería espantoso...!- gritaba Alem agarrando su cabeza y haciendo la croqueta en el suelo. Marcus estaba muy cansado y, a la vez, decepcionado así que añadió:
-No sé lo que decis, pero estoy muy cansado y no me gustan este tipo de bromas ¡adios!.- Ehster se fue a su lado y desaparecieron después de cruzar la calle. Merdi también se fue pero corriendo y hacia otro camino. Alem sacó su Clarium, que era azul marino y desaparecio. Sally quedó sola y también sacó su Clarium que era rosa chicle y desapareció.

A la mañana siguiente, un día con clase en el insti...

Merdi entra a clase con ojeras y desanimada, se dirije hacia su asiento y se sienta, mira al pupitre de Lucass y no le ve, la entra ganas de llorar. Ehster, al mirarla así de desanimada, decide hablar con ella después de las clases y no ahora porque y acababa de entrar el profesor. El profesor mira a todos sus alumnos, y ve el asiento de Lucass vacio. Como de costumbre, decide preguntar a toda la clase:
-Buenos días, ¿alguien sabe donde está Lucass?-
No hubo respuesta hasta que Marcus, serio, decide contestarle:
-Hoy no viene, se ha ido de viaje.
-¿sin decirnos nada?-
-Esque... ¡él no lo supo hasta ayer por la noche!
-¿y cuando vendrá?- seguía preguntando el profesor. Marcus le daban ganas de darle un puñetazo en todo el ojo para que dejara de preguntarle, pero no le quedaba otro remedio que mentir otra vez:
-No lo se, puede que no esté este mes.-
-¿Tan urgente es el viaje?-
Merdi decía todo el rato en sumente "cotilla, cotilla...¡COTILLA!"
-Mmm... es por los familiares o no se qué...-
-Veo que sí es urgente, empecemos a dar la clase...- y se puso ha explicar ejercicios y actividades.
Merdi no atendía, estaba metida en su mente, se puso ha recordar escenas de cuando era pequeña...

Había una niña pequeña, de cabello largo y negro y, a su lado, había otro niño a su lado, también de cabello negro pero corto y despeinado. El niño sangraba por todas partes con heridas graves y profundas, pero lo que más tenía era sangre.
-Lucass... ¿te encuentras bien? ¡tienes una pinta espantosa...!- le preguntaba la niña preocupada.
-No te preocupes por mi, estoy bien, preocupate por ti y por tus padres... ¿no son esos de ahí?- respondió el niño.
-¡Sí! ¡son esos! les llamaré...- pero la niña vio una escena un poco desagradables: eran sus padres mordiendo a personas del Mundo de los humanos, aquellas personas sangraban y estaban, en vez de vivos, muertos. A la niña la aterrorizo aquella escena: -¿Qué hacen?- preguntó la niña temblando del miedo.
-Merdi, somos vampiros, nos alimentamos de la sangre de los humanos- respondió el niño serio y también temblando.
-Pero... somos también humanos...-
-¡PLAS, PLAS, PLAS!- sonó de repente. Eran los ángeles, la Reina, el Rey y, la princesa, que debía de tener la misma edad de los niños.
Habían golpeado a los padres de la niña con una especie de latigo. Sangraban.
-¿Adondé se los lleva? ¡MADRE! ¡PADRE!- Los ángeles se los llevaban atados y desaparecieron atraviesando una muralla brillante con mucha luz. La niña miró a su alrededor. Lo que vio fue un cielo rojo, una luna negra, el suelo era rocoso y negro manchado de sangre roja.
-¡Niña! ¿hoy es la primera vez que vas ha ir a ver las rocas del Bosque rojo? si es así no daras mucha lata, sigueme- dijo un hombre sangrando por todas partes.
El niño agarró la mano de la niña, la cogía con todas sus fuerzas y la dijo "No vayas..." pero la niña siguió al hombre con las manos calentitas del otro.

Han pasado 3 horas y ahora, la niña volvió de donde el señor la llevó pero ahora sangraba por todas partes, como el niño pero con lágrimas del dolor. Se fue a su casa y sus padres no estaban, estaba todo lleno de sangre. Ella quería llorar en los brazos de sus padres pero no podía. Se dirigió a la casa del niño. Solo estaba él, sus padres tampoco estaban y el suelo también estaba manchado de sangre. Le vio acurrucado en una esquina muy serio. La niña se sentó con él y le abrazo, lloraba diciendole todo lo que ha ocurrido donde el señor la llevó. El niño también la abrazaba con cuidado de no tocarla en las heridas. También se le escapó unas cuantas lágrimas.
-Ya ha pasado todo, acostumbrate, a partir de hoy nos lo haran siempre...- dijo el niño para animar a la otra pero la niña no podía parar de llorar. -Toma- acabó diciendo el niño. La dió unas bendas y un poco de agua. Los puso en las heridas más grabes de la niña.
-¡Gracias! ahora me duelen menos pero, ¿y tú?- agradeció la niña.
-¡No te preocupes!- la contestó con una sonrisa. -A mi ya no me duelen tanto.- Y se dieron una gran abrazo que duro media hora.
-Te quiero.-
-Jaja, y yo a ti.-




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