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Capitulo 11

ERA DE NOCHE, MERDI, ALEM Y SALLY HABÍAN ENCONTRADO UNA CALLE SIN SALIDA PARA ABRIR EL MURO SIN QUE NADIE LES VIERA. ESTABAN PREPARADOS...

-¿Preparados?- preguntó una voz a sus espaldas.
-¡Marcus! no deberías estar aquí.- exclamó Sally girándose.
-¿Y perderme cómo sois en realidad? Lo siento pero ¡aquí me quedo!- explicó Marcus. Sally le abrazó con fuerza. Marcus la acarició.
Ya estaba decidido ¡Marcus vendría! pero ¿y Ehster? Marcus explicó que la había dejado un mensaje en el móvil diciéndola que se iba con ellos.
Sally hizo salir con las manos una especie de varita mágica con una estrella llena de luz. La movió de una forma seductora y apareció un agujero azul en medio de la pared.
Merdi se metió dentro del agujero, después Alem, Marcus y la ultima Sally que en cuanto se metió el agujero desapareció.

EN SU HABITACIÓN, EHSTER ESTABA TIRADA EN LA CAMA CON EL MÓVIL EN LA MANO...

Tenía un mensaje de Marcus y dudaba en leerlo. Finalmente se decidió y lo leyó. Ponía:

"HE DECIDÍDO IRME CON LOS DEMÁS A TRAER A LUCASS" –petardo... - pensó Ehster. "ESPERO QUE NO TE IMPORTE" -¡claro que no, venga lárgate con tu novia y déjame tirada!- pensó otra vez Ehster pero más enfurecida. "BUENO PUES ESO ADIOS" -¡ADIOS!- gritó Ehster y después borró el mensaje.
-¿Estas bien cielo?- preguntó su madre que había aparecido de repente por la puerta. Había pillado a Ehster en ropa interior de pie en la cama con el móvil casi en la boca.
-¡Ah! ¡sí, sí! Es que... he perdido en el juego...- puso de excusa ella escondiendo el móvil por la espalda.
-¡Pero que burra eres! Haz el favor de no comerte el móvil que costó muy caro.- y cerró la puerta con la intención de ir a la cocina.
Ehster se tumbó otra vez en la cama ¿y ahora qué?


EN UN LUGAR BASTANTE RARO, APARECIÓ UN AGUJERO EN LA NADA Y APARECIERON MERDI Y LOS DEMÁS

Estaban en un sitio sin fin. Era casi todo de color blanco. Había siete puertas de madera con un diamante en cada puerta de diferentes colores.
Merdi llevaba el pelo suelto, tenía puesto un top rojo y minifalda negra llena de cadenas plateadas. Ahora tenía colmillos.
Alem llevaba puesto un gorro de bruja y una capa que le tapaba todo el cuerpo. Todo de azul marino.
Sally iba con un vestido blanco con cadenas doradas y unas alas de ángel también doradas que brillaban. Sus rizos eran ahora más largos y llevaba en la mano la varita que con una palmada desapareció.
Marcus iba como la otra vez, con su traje blanco de cadenas y sus alas blancas. Estaba mirando a Sally boca abierto.
-¿Cuál es?- preguntó Marcus dirigiéndose hacia la puerta del diamante azul quitándose las babas de la boca. Alem señaló la puerta del diamante rojo. Marcus cogió aire y la abrió. Tras ella había un mundo totalmente diferente. Entraron.
El suelo estaba lleno de piedras y estaba bañado en sangre. El cielo negro y solo veían en él una bola roja. Eso era la luna.
-¡Que sitio tan espantoso!- exclamó Alem asustado. Merdi temblaba.
- Vamos a separarnos, así será más fácil encontrarle ¡quedaremos aquí a las...! ¿Qué hora es?- preguntó Marcus.
- La de antes, la hora es la misma.- contestó Merdi mirando a todos los lados.
- Bien pues entonces Alem y Merdi por la derecha y Marcus y yo por la izquierda.- explicó Sally y se fue con Marcus. Merdi le dijo a Alem que la aldea estaba delante y por allí fueron.

EN LA PLAYA, EHSTER MIRABA EL MAR ALEJADA DEL SITIO DONDE MARCUS DESCUBRIÓ SU IDENTIDAD E INTENTABA OLVIDARLE.

-¿Así que conque se va con ellos para traer a Lucass eh? ¡Mentiroso! Va para estar con Sally y hacerse el héroe.- murmuraba enfadada tirando piedras al mar con furia.- ¡Ehster no pienses en él! Olvídale y que sufra con la ligona que se cree que es la mejor en vez de estar conmigo ¡él se lo pierde!-
De repente, una luz brilló en el cielo y apareció un chico rubio de pelo largo y liso con unos pantalones de colores naranjas y rosas y le salían de la espalda unas alas de hada enormes y de los mismos colores.
- ¿Qu... quién eres tú?- preguntó Ehster asustada.
- Soy otro ser muy diferente a ti. He venido porque oigo como sufres. Quiero ayudarte.-
- No necesito ayuda y ahora ¡largo!- dijo Ehster con furia.
-¿No quieres que te ayude?- insistía el chico raro
-¡Largo!- gritó ella y después salió corriendo. ¿Quién era ese? ¿Cómo la oía? ¿Por qué quería ayudarla? ¿De dónde venía?
A la ultima pregunta Ehster sí sabía contestarla: ¡de las Siete puertas!
Cuando Ehster llegó a su casa subió las escaleras y se fue corriendo a su habitación. Cuándo llegó se tumbo en la cama y quiso mandar un mensaje a Merdi pero ¿y si no lo recibía? A lo mejor a Marcus si le llegaba pero ¿mandar un mensaje a Marcus? ¡NO! Quería olvidarle y contactando con él no era el mejor remedio. A lo mejor estaba tan disgustada que veía esas cosas tan raras. Lo mejor sería estar con sus padres, ver la tele y todo eso para tranquilizarse.

EN UN LUGAR OSCURO, SALLY Y MARCUS ANDAN Y ANDAN...

-¿Dónde estamos? Creo que nos hemos perdido.- dijo Marcus.
- No sé... este mundo es muy raro.- contestó Sally insegura.- No creo que Lucass esté por aquí... ¡volvamos y luego cojamos el camino de delante!-
Pero cuando Sally se giró, notaron como si el suelo que pisaban ¡se iba para abajo!
-¡Ayuda!- gritaron, pero nada. No le oían. No había nadie. Entonces Sally movió sus alas y voló hacia arriba. Marcus la vio y también lo hizo.
Cuando llegaron a la superficie, Sally y Marcus seguían volando. Iban cada vez más arriba. Se pararon. Ahora se daban empujones, reían, hacían el tonto. Pero de repente el viento les empujaban hacia el suelo. Miraron delante. Veían un puntillo negro que iba hacia ellos. Sally y Marcus volaron hacia ello pero el viento les impedían ir rápido y tuvieron que ir despacio, esperar a que reconocieran el punto.
Cuando por fin lo vieron se quedaron asustados. Vieron un chico castaño lleno de heridas profundas con sangre.
-¿Qué le ha pasado?- preguntó Marcus asustado.
- Es el castigo de los vampiros ¡Por hacer eso tan cruel a los otros seres!- respondió Sally. Marcus la miró a los ojos. Sally entendía lo que decía esa mirada: no le parecía bien que les hicieran eso por alimentarse para vivir.
-No digas eso. Ellos mataron a muchos ángeles por crueldad. Tus padres pensaban como tú y por eso fueron mandados a la dimensión de luz.-
-¿Dimensión de luz?-
-Sí, es un lugar donde quedan atrapados para siempre.- explicó Sally.- Pero no te enfades, vampiros y ángeles se llevan muy mal. Debes aceptarlo.- Y le besó en la cara.
Marcus miró al suelo. No había viento. Miró al chico:
-¿Está muerto?-
- No creo, los ángeles no matamos, si no castigamos para cambiar lo malo.-
Se cogieron de las manos y se fueron volando por donde vinieron.


EN EL FARO, EHSTER MIRABA EL MAR, CON MIEDO DE NO VER EL CHICO DE ANTES...

“Tranquila Ehster, lo de antes era una ilusión” Pensaba ella. Se quedó mirando al mar tres segundos y luego miró al faro. Notaba un poco de frío, luego mucho frío y luego estaba casi congelada y miró al mar. Una ola enorme negra iba a caerla encima.
-¡Ah! ¡Desde cuando hay olas tan grandes aquí!- gritó y cuando no la quedaba ninguna esperanza de no ser ahogada cerró los ojos.
Dos segundos después, notaba mucha luz a su alrededor. Abrió los ojos. ¡El chico de antes con las alas estaba delante de ella! y dirigía la ola hacía dentro del mar. Cuando consiguió que ola desapareciera, miró a Ehster y la sonrió.
-No tengas miedo, he venido para protegerte.- la dijo.
-¿Para protegerme? ¿De qué?-
-Mejor dicho de quién. Te quieren... - el chico no supo que más decir.- castigarte.-
-¿Castigarme? ¿¡Porqué!?- seguía preguntando Ehster.
El chico la miró a los ojos. Ehster se puso ha pensar.
-¿Por qué conozco a otros seres diferentes?- ya se sabía la respuesta. El chico la volvió a mirar a los ojos diciendo que sí con la cabeza.
-Me llamo Dilus.- acabó diciendo el chico.
-Yo Ehster, creo.- Se dieron la mano.
El chico estaba rodeado de luz, su cuerpo se convertía en blanco y ¡FASH! El chico teína ahora recogido el cabello con una coleta. Llevaba unos pantalones verdes y una blusa naranja y ¡sus alas habían desaparecido!

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