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Capitulo 13 (mejorada)

YA HAN LLEGADO A LA TORRE Y ESTABAN PREPARADOS PARA PASAR A LA ACCIÓN...


-¡Adelante Ehster!- exclamó Merdi sin perder de vista a la otra torre de alante.
-¡Entendido!- dijo Ehster. Había entendido el mensage. Apuntó con la pistola a una ventana con rejas que tenía la torre de alante y disparó.
La ventana se rompió y se veía caer pequeños cristales al río de lava que había entre las dos torres.
Alguien que estaba dentro de la torre de alante se asomó a la ventana rota y los vio. Había reconocido quiénes eran y se alejó de la ventana. Merdi sonrió y gritó:
-¡YA ESTAMOS AQUÍ! ¡LUCASS!-


DENTRO DE LA TORRE DE ALANTE...

Un ángel guardián no paraba de andar por la sala. Sabía en que situación estaba: los ángeles luchando contra esos seis seres que reconocía. Meredith Nocterius, la vampiresa que huyó con el preso, Sally, la pricesa de los ángeles que trajo al preso, Dilus, el mago-hada que tenía que destruir a la mortal, un ángel con cadenas doradas que debía de ser de la corte, Alemsius, brujo que tenía la misión de encontrar a los vampiros que escaparon y la mortal, que tenía que estar muerta y que contenía una pistola que hería a seres mágicos.

-¡Han venido a por tí!- dijo con odio a alguien que intentaba levantarse del suelo. Era el preso. Estaba sangando por todas partes, tenía los pantalones rasgados y manchados y tenía muchas heridas graves. Era Lucass.
Lucass consiguió levantarse y cerró con fuerzas sus puños. ¿Qué hacia ella aquí?


En la otra torre, Dilus movió su brazo derecho hacia alante y movió sus dedos.
Aparecieron fuera de la otra torre raíces enormes que rompió una gran parte de la pared.
El ángel y Lucass se sobresaltaron y miraron el agujero enorme que tenía la torre y que se veía a los seis seres.
-¿Pero qué...?- exclamó el ángel asustado. Lucass fue corriendo hacía el agujero para ver mejor a los rostros y los reconoció. No podía creerselo ¿qué hacían? ¿querían morir? cerró los ojos y apretó con más fuerza sus puños.

Merdi y los demás se alegraron al ver a Lucass delante del agujero. Pero Merdi sabía bien en lo que estaría pensando.

-¿Pero qué haceis aquí? ¿No veis que todo ha sucedido ya? ¿No veis que quién quiera salbarme morirá? ¡Iros! ¡me entregué para ayudaros y este es mi castigo!- les gritó Lucass. Ehster y Sally no lo entendían ¿no tendría que estar contento? ¿no se alegraba de saber que hiba ser salvado?- ¡Iros! ¡estoy aquí para recibir mi castigo!-

-Lucass...-dijo Merdi con firmeza.- ¡TÚ TE VIENES CON NOSOTROS! porque tú no te mereces esto ¡Tú nos salvaste, y nosotros a ti!! ¡Ehster, hazlo otra vez!- Ehster apuntó otra vez la pistola hacia otra ventana con rejas y disparó.
-Hecho ¿siguiente?- dijo orgullosa Ehster.

Lucass seguía sin poder creerselo, se había entregado por ellos, había decidido que aceptaría su castigo, pensaba que ya se había acabado todo pero, ahora lo harian ellos ¡por él! había pasado por una vida cruel y, aún así, el quería vivir, queria seguir divertiendose en fiestas, con Merdi y los demás. Cerró los ojos:
-Maldita Merdi, siempre tan cabezota...- cogió aire.- ¡Gracias!- susurró entre lágrimas. Estaban preparados y decididos, ya no habia vuelta atrás.
El ángel, que ahora había cinco de ellos, le cogió de las esposas que tenía, abrió una puerta y le empujó para que entrara dentro:
-Por aquí llegaras a la dimensión de luz pero, si ocurre algo precipitado, cambiaré de planes.- dijo. Lucass vio el pasillo que habia trás la puerta y se fijo que al fondo había una puerta grande blanca.- Ve o tus amigos seran también enviados contigo.- Lucass aún tenía algo de fuerzas, si ocurría algo usaria lo último que le queda y empezó ha andar torpemente por el pasillo.


-¡Qué hacemos! ¡Se llevan a Lucass!- exclamó Ehster.
-Podríamos llevaros a la otra torre.- dijo Marcus.
-No con esos ángeles.- negó Alem señalando a los otros cinco. Merdi observaba antentamente cada paso de Lucass en el pasillo. Hiba lento, y lo hacía aposta. El pasillo era largo y llegarían a tiempo con algún atajo. Después observó a los ángeles, los esperaban en la torre.
Dilus volvió ha mover su mano y otra raíz apareció de puente de la torre en la que estaban a la de Lucass. La raíz era lo bastante gruesa para que todos la cruzaran.
-No hay más remedio, tendremos que luchar.- les avisó Alem. Ehster, Marcus y Sally tragaron saliva ¿luchar? ¡ellos no luchaban! Merdi les miró de reojo y rio.
-¿Qué ves tan gracioso? ¡nos derrotaran enseguida!- se quejaron los tres a la vez.
- No hace falta que lucheis, haremos planes.- les tranquilizó Dilus. - Bastará con algunos ataques.-
-¡Y una mierda!- exclamaron otra vez. Merdi no podía mantener la risa, entonces, las torres empezaron ha girar, una a la derecha y la otra a la izquierda, de tal forma que Eshter no se pudo sostener y calló al suelo.
-¡Pero que ocurre!- dijo al caerse. Alem dirigió la vista hacia los cinco ángeles, uno de ellos tenía la mano alzada y movía los dedos raramente.
-¡Es él!- avisó. - y me estoy mareando...-
La torre empezó ha girar con mucha más rápidez:
-¡Pero qué es esta mierda!- gritó Sally.
La torre parecía una peonza. Giraba cada vez más rápido y no se diferencia lo que se veia. ¡Se supone que estaban en una situación seria!
Marcus miró a su alrededor y buscó la raíz que hacia de puente. "Debe de ser eso verde" pensó. Intentó levantarse del suelo, que cayó cuando a Sally se la lebantó, por el ataque giratorio, el vestido blanco con cadenas que llevaba. Pero no pudo y buscó otra manera de hacer lo que pensaba.
-¡Eh! ¿alguno puede poner peso a los laterales de la torre?-
-¿A los laterales? buena idea pero ¿cómo? no podemos concentrarnos, o al menos yo.- contestó deseperado Alem.
-Puedo intentar dispararle.- dijo Ehster sacando su pistola del bolsillo en el que lo guardaba. Entonces miró al frente y disparó sin saber lo que hiba a dar.
Se escucharon pequeños cristales caer al suelo, como cuando disparó las otra veces a las ventanas con rejas. Después se escuchó unos cuantos insultos.
-¡Has debido de dar a alguna ventana del pasillo donde está Lucass!- exclamó Merdi.
Sally estaba dificilmente aún de pie como Merdi y Dilus. Empezó ha pensar:
"¡Yo soy la princesa! bastará con ordenarles que paren"
-¡Eh! ¡Guardianes! ¡soy yo! ¡la princesa!- gritó con la experanza de que pararan.- ¡Deteneos! dejar al preso y a estos también, vienen conmigo ¡SON ÓRDENES!-
Pero, por mucho que Sally lo pidiera, los cinco ángeles solo reian:
- ¿La pricesa? ¿y con qué permiso vienes a detenernos?- preguntó a resas uno de ellos. Sally no lo entendia. ¿Acaso no tenía derecho de ordenar a sus sirventes?
-¿Qué quieres decir?- preguntó confusa.
-¿No lo entiendes? ¡No eres nadie!- contestó otro de ellos.- Solo obedecemos órdenes de la Reina. Y está es una ordén que no quiere detener.-

Sally estaba desesperada. ¿Hasta que su madre no muera no puede hacer su trabajo? Ahora que lo pensaba, siempre era igual. Era desde siempre un bicho raro en el pueblo, solo era una cara bonita. Siempre estaba sola, no la dejaban salir del castillo, ni si quiera hablar con sus propios padres.

-¡Sally!- la llamó Merdi.- ¡No pienses en eso! buscaremos otra forma para salir de aquí.- Sally asintió. Tenía razón ¿Qué importaba eso ahora? ¡Hay que salvar a Lucass!

Justo en ese momento, la torre cayó al suelo, rompiendose en cachos de piedras.
-¿Estais todos bien?- preguntó Dilus, que llevaba a Ehster en brazos.Merdi cogia de un pie a Alem y Sally y Marcus habian caído encima de las rocas, de tal forma que ninguna les hubieran aplastado.
- Sí- afirmó Merdi.
- ¡Hablarás por tí!- se quejó Alem.
- Anda no te quejes que al final no has caido...- le dijo Merdi soltandole. Alem se sentía como si hiba ha explotar pero, en ese momento, se preguntaba algo.
-Oye ¿Por qué no habeis escapado volando?- preguntó dirigiendose a Sally, Marcus y Dilus.
Estos tres se miraron.
- ¡Es verdad!- exclamaron los tres. Dilus soltó a Eshter, que esta cayó al suelo con un gemido de dolor.
- ¿¡No se os había ocurrido!?- exclamó también Alem al oir la respuesta.

Merdi dirigió su mirada hacía los ángeles ¿Cómo han hecho todo eso? Sin duda, eran los guardianes de la reina, con algún que otro poder raro. ¡Tenían que actuar ya!
Eshter se levantó y miró hacia la otra torre:
-¡Lancemonos ya!- y preparó su pistola dirigiendola hacia los ángeles.





Continuará

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